Argénteas lunas,
bañándonos con su luz,
en tu piel reflejada,
iluminando la quietud.
Dibujando runas,
sobre tu pálida tez,
con el alma desgarrada,
hoy eres verdugo y juez.
Dibujando runas,
sobre tu pálida tez,
con el alma desgarrada,
hoy eres verdugo y juez.
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