La
vida se me escapa entre los dedos, y ni siquiera había empezado a
saciarme. Supongo que ya he vivido lo necesario, pero aun así,
apenas lo he notado. La arena de mi reloj toca a su fin, por muchas
vueltas que le haya dado, la siguiente te tocaba a ti, y te negaste.
Un don del que abusé, y nuca hasta el día de hoy me arrepentí.
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